(confesionario)
a veces los pequeños gestos que hacen a nuestra subjetividad más íntima son un tanto, eh...especiales. algunos ejemplos:
en nuestro grupo de amigas todas hemos sido camareras, motivo por el cual (en verdad quiero suponer que ése es el motivo) a una de ellas le molesta muchísimo, la contractura, la pone mal, ser victima del mal servicio de una camarera resentida en su condición de clase (variables: clase popular mala onda, clase media venida a menos y por eso mala onda, o simplemente clase media laburando de camarera mala onda). el caso es que, más allá de todo eso, a ella la puede poner muuy nerviosa el mal rollo de una camarera (realmente deberían presenciarlo para ver de lo que hablo).
tengo otra amiga especial de muy bajo perfil (esto último es muy importante para lo que sigue) que cuando asiste a un casting para alguna publicidad o película, se desnuda ante la cámara mucho antes de que alguien se lo pida. es mi amiga buena onda de bajo perfil.
y tengo otra amiga (la más ¿normalita? de todas) que es capáz de levantarse por teléfono! al chico del delivery, y a la vez, discutirle hasta el hartazgo -y hacer que vuelva a venir si así lo cree necesario- si es que algo de todo el pedido, viene equivocado. siempre hace falta tener una amiga así!
como de mis miserias no hablo mucho, sólo me pronunciaré brevemente acerca de algo: tengo totalmente asumido que aunque no quiera, hay pocas cosas que me perturben más que Gastón Pauls.
perdón Gastón, perdón.